Tanto si eres estudiante como si eres profesional de la danza, y en especial del ballet clásico, te puede interesar tener en cuenta algunas de estas cuestiones.
Si estás lesionándote frecuentemente, sin duda hay algo más que está fallando en tu rutina diaria, sea o no en el calentamiento. Ten en cuenta estos aspectos generales de los que te hablo a continuación.
Por Dr. Ricardo Casal Grau
Con respecto al calentamiento:
Es importante no calentar sólamente estirando (aunque por supuesto, hay que estirar), sino llevando sangre a las estructuras que van a participar en el movimiento. Dejemos el estiramiento al límite para fases avanzadas de la clase, después de la clase y sobre todo, en otros momentos del día, como por ejemplo, por la noche después de una ducha caliente.
En este sentido, digamos que el calentamiento debe ir encaminado a que las cápsulas articulares de las articulaciones más comprometidas reciban sangre, se calienten y comiencen a lubricarlas correctamente segregando líquido sinovial (por ejemplo, la articulación glenohumeral (hombro), la cadera, la rodílla, las articulaciones del pie (muy en especial las pequeñas articulaciones distales al astrágalo), las articulaciones intervertebrales,…)
Por otra parte, que se calienten y lubriquen las bolsas serosas que lubrican o amortiguan los roces musculares o de las fascias y las prominencias óseas (importante la bolsa pertrocantérea, pre y retroaquílea, retináculos peroneos,…).
Para todo esto es fundamental mover y repasar gradual y minuciosamente todo el rango articular de estas articulaciones y alcanzar los máximos progresivamente durante la clase.
Por último, aumentar el flujo de sangre que perfunde el músculo, esto es, comenzar a utilizar la musculatura suavemente y que así se caliente (frecuentemente esto es lo único que se hace para calentar y sobre todo a base de estirar en vez de realizar trabajo muscular suave).
Tan importante o más que todo lo anterior es poner el corazón a bombear a una frecuencia razonable para comenzar el ejercicio (es habitual que los bailarines comiencen el primer ejercicio de la barra con el corazón a la misma frecuencia que en reposo). Esto es muy importante porque de esto depende que la sangre llegue en abundancia a todos esos tejidos de los que hablábamos anteriormente. Además hará que los mecanismos de uso y disponibilidad de la energía que tiene el cuerpo estén ya en marcha y no comiencen bruscamente (el músculo debe poner en marcha sus distintos mecanismos energéticos y el hígado comenzará a hacer que la glucosa esté disponible en sangre, entre otros mecanismos).
Con respecto a los demás aspectos aparte del calentamiento y a grandes rasgos, las lesiones repetidas nos deben hacer pensar en que algo no se está haciendo bien durante el trabajo de clase; no lo achaquemos sólamente a la falta de calentamiento.
Muchas veces, las clases exigentes y rápidas nos hacen progresar pero en ocasiones a costa de viciar la técnica, sobre todo y muy en especial, en relación a los apoyos dinámicos que hace el pie, o la forma de lograr una determinada línea estética sin una reflexión biomecánica previa (un ejemplo clásico de esto es conseguir una falsa línea “en dehors” sin verificar que la articulación coxofemoral esté con la rotación externa máxima, 60º o 70º por lo general).
Tampoco hay que perder de vista las circunstancias anatómicas y biomecánicas individuales; es decir, tenemos que trabajar siempre con el hecho de que las condiciones del bailarín no siempre son las ideales para el trabajo de danza clásica, y detrás de este hecho están las causas de muchas lesiones. Todos estos aspectos precisan siempre un estudio minucioso.
A este respecto aconsejo, y más en bailarines y bailarinas muy jóvenes y en periodo de formación, que desde ya antepongan el trabajo estricto y correcto al progreso indiscriminado con excesiva variedad de pasos o intentando seguir clases o ejercicios demasiado rápidos.
El trabajo correcto y meticuloso desde jóvenes, no solo previene lesiones sino que además forma bailarines correctos, elegantes,… en definitiva, buenos bailarines.
Espero que estos consejos os sirvan y quedo a vuestra disposición para cualquier duda que os surja a este respecto.
Un saludo a todos vosotros que lleváis de una forma u otra un artista dentro.
Por Dr. Ricardo Casal Grau
Director médico del Ballet Angel Corella
Dr. Casal Grau es Licenciado en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid (1999-2005)
Diplomado en Fisioterapia por la UAX (1996-1999)
Entrenador de Fisicoculturismo y Musculación
Bailarín Amateur de Ballet Clásico
en Danza Ballet
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