EL MUSICAL

Dentro de la vorágine cinematográfica y casi desde los comienzos del Sonoro existe un puesto bien conocido para la danza, el lugar de la llamada "comedia musical". El mal considerado subgénero de la comedia musical apareció hacia los años 30 en Norteamérica y lo hizo en un momento tan decisivo para la conciencia americana que el afán de estos musicales tendrían también como finalidad alejar del público la catástrofe que se les había venido encima, el Crack de Wall Street. Lo primero que se propusieron las grandes productoras fue quitar dramatismo a los temas y ahondar más en la ironía y la jovialidad: las comedias sin preocupaciones, el final feliz, los enredos amorosos pero carentes de malicia, hicieron del divertimento la gran peculiaridad de su éxito. Ya en 1927 el estreno de "El cantante de Jazz" de Alan Crossland impulsaría a la Fox, Rko, MGM, Columbia y sobretodo a la Warner a disputarse este terreno. Los años 30 fueron pues la pista de despegue de un género que llegaría a los 40 con todo su esplendor, se resistiría en los 50 y acabaría muriendo como gran espectáculo de calidad hacia los 60 y devenir en la actualidad, salvo algunas excepciones, producciones con fines discotequeros.

Fred Astaire, el símbolo de los primeros musicales junto a Ginger rogers.

En la primera etapa destacarían Busky Berkeley, el gran coreógrafo y director de los films de la Wamer y la pareja Astaire/Rogers en la RKO, y cómo no, resaltar la entonces incipiente carrera de Eleanor Powell. También con la aparición de los premios de la Academia de las Artes y Ciencias de Hollywood muchas de estas comedias tendría la oportunidad de llevarse la asexuada estatuilla ya desde sus comienzos. Ganarían el oscar a la mejor película por estos años, "La Melodía de Broadway" (Broadway Melody) en 1929 de Harry Baumont, en 1936 lo haría "El gran Ziegfeld" (Thee Great Ziegfeld) de Robert Z. Leonard, amén de ser nominadas películas como "La calle 42" (Forty Second Street) de Lloyd Bacon con una jovencísima Ginger Rogers en el reparto, de "Sombrero de Copa" (Tpo Hat) de Leo McCarey, "Vampiresas 1935" (Gold diggers of 1935), "Melodía de Broadway de 1936" (Broadway Melody of 1936) de Roy del Ruth... entre otras.

En los 40 todo iba a evolucionar. Dominaron el terreno la Metro y su productor Arthur Freed que se traería de la mano a Gene Kelly, Stanley Donen y Cyd Charisse. Después de "El mago de Oz" (Wizard of Oz) de Victor Fleming, la pequeña Judy Garland se comería al mundo, mientras que su marido Vincent Minnelli se atrevería ya con "Ziegfeld Follies" y "The pirate" junto a Gene Kelly.

Destacan también en esta época las películas de Bing Crosby en solitario, en principio con sus empalagosas canciones, pero que daría después lo mejor de sí mismo y de su humor con el conocido Bob Hope, así mismo tendrán su lugar Danny Kaye, Betty Button, Rita Bayworth, Doris Day, Esther Williams, llegando a 1949 con "Un día en Nueva York" donde se consagrarán Gene Kelly y Stanley Donen para atravesar la barrera de los 50 de un modo espectacular. De esta etapa datan "Melodías de Broadway de 1955" (The band wagon") y "Un americano en París" (An american in Paris) bajo la dirección de Minnelli y "Cantando bajo la lluvia" (Singin' in the rain) de Kelly y Donen, dando las más inolvidables muestras del musical de calidad. Por estos años, Judy Garland, que veía declinar su carrera triunfará otra vez con " Astar is born" dirigida por su marido Sic Luft. Será también la época en que se de a conocer plenamente Marilyn Monroe. Pero a partir de aquí, de los 60, el panorama se ensombrece. "West side story" se lleva los honores ahora, es el plato fuerte del momento, un musical rodado por Jerome Robbins y Robert Wise considerado ya como clásico del género; pero no se puede negar que a pesar del buen comienzo que presagiaba este film, los musicales que le seguirían caerán muchas veces en la mediocridad y parecen no haberse recuperado.

Ha habido intentos nada despreciables. Barbara Streissand, Liza Minnelli y en ocasiones Julie Andrews han insufiado cierto aire nuevo a sus musicales. Ahí tenemos a Cabaret (Bob Fosse), New York, New York {Scorsese) con una estupenda Liza coreografiada por Bob Fosse, Funny Girl, Funny Lady o Hello Dolly divinizando a Barbra Streissand protagonizaría al final una nueva versión de " A star si born" (Frank Pierson) junto a Kris Kristofferson y también a la almibarada Julie Andrews en "Sonrisas y lágrimas" (Sound of music) o Mary Poppins. Resaltaríamos también otros musicales de esta época reciente, desde "La leyenda de la ciudad sin nombre", "Jesuchrist Superstar", o "El violinista en el tejado", pasando por films con historia de bailarines clásicos como "Paso decisivo" (Turning Point) o Nijinsky hasta "Fame" de Alan Parker y "All that Jazz" de Bob Fosse, incluyendo también algunos remakes, "The wiz" de Sidney Lumet protagonizado por Diana Ross o "El Cantor del Jazz" de Richard Fleisher interpretado por Neil Diamond.

Pero el espectáculo ya no es lo que era. Las últimas películas de Travolta, Bee Gees o Village People no conmueven a nadie o a casi nadie. Porque la verdad es que las comedias musicales de calidad nos conmovían. Quien ame el baile y el género musical no podrá nunca dejar de mirar hacia atrás y rememorar, tal vez melancólicamente al mismo Fred Astaire.

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