De San Petersburgo a Buenos Aires.
Fue la última “prima ballerina” designada durante el Imperio (1916) en la Compañía del Teatro María (Mariinski, de San Petersburgo). Formada, entre otros grandes maestros, por Mijáil Fokin, Nicolai Legat, Enrico Cecchetti, y Evgenia Sokolova, se graduó en la Escuela Imperial (hoy Instituto Agrippina Vaganova) con la promoción del año 1906. Fue partenaire de Nijinsky en sus comienzos y en ocasión de actuaciones con motivo de su graduación (1906), solista en los Ballets Rusos de Diaghilev en su primera aparición en París (1909) donde bailó en “Las Sílfides”, “Las Danzas Polovtsianas del Príncipe Igor” (mujer polovtsiana), “El Festín” y “El Pabellón de Armida” (la confidente de Armida).
En el Ballet del Mariinski asumió los principales papeles de las obras de Petipa que ella misma enseñó a Olga Spessivtzeva (entre ellos “La Hija del Faraón”). Fue intérprete principal de las obras coreográficas de su segundo marido Boris Románov y junto a él, Anatoli Vilzak y un grupo de bailarines de la troupe imperial, realizó la primera gira al Japón (1916). En el país del sol naciente -y antes que lo hiciera Anna Pavlova cuando llegó al extremo oriente- bailó “La Muerte del Cisne”, de Fokin.
Con Románov y Anatoli Obújov salió clandestinamente de Rusia en 1920 en medio de una azarosa huida, formando parte del grupo la hija que había adoptado llamada Natalia, la madre de Románov, Sofía Sapóchnikov, la cantante rusa Lucerzaskaia y su hija. Todos traspusieron la frontera rumana en una “telega” (carro de altas ruedas) que transportaba heno, yendo todos bajo el cargamento, y pasando momentos de extremo peligro y gran tensión nerviosa, cuando los soldados bolcheviques clavaron bayonetas en aquél para frenar posibles huidas.
En Rumania pudieron actuar en Bucarest con la especial ayuda de la reina María. Luego, Smirnova, Románov, y Obújov pasaron a Berlín. Allí, y junto a la bailarina alemana Elsa Krüger fundaron el Ballet Romántico Ruso, Compañía que hubo de contar con muy interesante repertorio montado en diversos países de Europa occidental y central hasta 1926. Sólo Les Ballets Russes de Diaghilev –en su género- superaban en fama y repertorio a esta troupe. Citemos algunas de las obras: “Haute Couture” (Satie), “La Danseuse et la Larronne” (Mozart), “Quattrocento”, entre otras, todas con coreografía de Boris Románov, quien por entonces trabajaba con tono vanguardista dentro de las líneas iniciadas por Fokin.
En 1924, Elena Alexandrovna obtuvo éxito rotundo por su interpretación de “Giselle” (en versión revisada por Románov) en el Teatro de Champs-Elysées (París). Tiempo después de sufrir una operación viajó a Buenos Aires con Románov y Obújov. El Teatro Colón había de ser el último y gran escenario donde bailó, en 1928. Con todas sus fuerzas -y pese a una enfermedad latente- se dedicó a la enseñanza primero como maestra de baile del incipiente Ballet del Teatro Colón, y después como primera profesora de jerarquía en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, que funcionaba por entonces en los altos del Teatro Cervantes, después de haber estado provisoriamente en el mismo Teatro Colón.
En los elegantes Cervantes y Odeón, y en su estudio particular de la calle Tucumán al 500, pasó sus últimos años de vida dedicada a sus alumnos, aunque entristecida por la infidelidad de su cónyuge, y los problemas psíquicos de su hija adoptiva. María Ruanova, Mercedes (Mecha) Quintana, Esmée Bulnes (reconocida formadora de bailarines, más tarde al frente de la troupe y de la enseñanza en la Scala di Milano), Simone Grossmann, Maruja Pibernat, Ángel Eleta, Gema Castillo, Maruja Palacios, y numerosos bailarines argentinos de los comienzos, fueron sus discípulos. Murió el 15 de enero de 1934, joven aún pues había nacido en San Petersburgo el 25 de marzo de 1888. Sus restos descansan en Buenos Aires, en el panteón de la Sociedad Argentina de Actores del Cementerio de la Chacarita.
ENRIQUE HONORIO DESTAVILLE.
(*) Se trata de una biografía sumamente extractada del libro en preparación del autor.
Fuentes de la información y bibliografía consultada: Comentarios personales de Nina Tikanova, Simone Brière (née Grossmann) en Francia, y Olga Rosanova desde San Petersburgo (Rusia). Diccionario de la Oxford en sus diversas ediciones; “Mitología de la Danza” y “Olga Spessitzeva”, de Schaikévitch; Revista Le Théâtre editada en Francia en los números previos y posteriores al début de Les Ballets Russes de Serge de Diaghilev en París (1909); revista Commoedia (Francia) con comentario del célebre crítico André Levinson en ocasión del estreno de Giselle de Adam-Románov en el Théâtre des Champs-Elysées (París), en 1924. Documentos existentes: en la Biblioteca de la Ópera de París y que responden a Smirnova, Hélène; en la New York Public Library, y en los Archivos de San Petersburgo. Comentarios de sus alumnas en la Argentina: sobre todo Noemí Alves Vilela, Maruja Pibernat, Adriana Balduino, Eva Carlés, Maruja Palacios, Mercedes Quintana, Fedor Martí. Numerosas revistas y diarios (La Nación y La Prensa) argentinos y europeos. Investigaciones personales del autor en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas de la Ciudad de Buenos Aires, Archivo de expedientes sucesorios de los Tribunales de la misma ciudad.
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