Katherine Dunham, una historia de baile
Cortesía: Carla Stinus
La historia del baile está plagada de pequeñas historias de bailarines y bailarinas que, de una forma u otra, revolucionaron la danza en un momento clave de la historia. No solo una revolución del baile en los movimientos, sino también en los conceptos, los valores y la cultura. En este artículo hablamos de la bailarina, coreógrafa, profesora, directora y antropóloga de los bailes primitivos africanos Katherine Dunham. Este video te ayudará a saber quien fue.
KATHERINE DUNHAM por Ireika Flores. Danzas Prof Julia Olivella
Sus primeros años en el baile y cómo va trazando la dirección de su carrera como bailarina
Katherine Dunham fue una mujer afroamericana que nació en el seno de una familia pobre de Chicago en 1910. Tuvo una vida profesional larga y diversa dedicada al baile: fue bailarina, coreógrafa y profesora. Y se convirtió en directora cuando, en 1931, fundó su primer estudio de danza en Chicago. Además, estudió antropología al ganar una beca en la Universidad de Chicago y se doctoró en danzas primitivas del Caribe sumergiéndose de lleno en los bailes de aquellas culturas. Entre 1936 y 1937 viajó a Haití, Jamaica, Trinidad y las Islas Martinicas y estudió y documentó sus danzas y movimientos. Su obsesión era investigar por qué los negros bailaban cómo bailaban. Y cuanto más observaba, decía, más entendía.
En 1940 fundó la primera compañía de baile de los Estados Unidos formada por bailarines y bailarinas afroamericanas en su totalidad. En esa época, si eras bailarín o bailarina negra en Estados Unidos se te otorgaba, directamente, la etiqueta de “negro dancer”. Y ese término marcaba un límite. Es decir, podías aspirar a bailar tap, shake o a ser contorsionista, pero no mucho más. Quizás podías llegar a bailar en un Chorus line si eras mujer y tenías la piel clara. El caso es que a las personas negras no se les permitía estar en otros escenarios que no fueran esos, y Dunham trabajó duro para dignificar todo ese material que había aprendido durante sus viajes al Caribe. Mezcló con maestría todos esos bailes ancestrales de origen africano con todo el bagaje que había aprendido del ballet clásico y del baile moderno europeo. Transformó el baile y trabajó duro para llevar todo ese material al escenario de la forma más honesta y consciente posible.
Esta es una canción típica de los ritmos caribeños que ella vivió en sus viajes al Caribe. Nos adentra muy bien a toda la cultura de baile que estamos a punto de descubrir. Se trata de la canción del principio de este vídeo.
Bettman - Getty Images
Integración del baile afrocaribeño: La Técnica Dunham
Así pues, cuando ella volvió del Caribe, enseñó a su compañía de danza algo muy fundamental de la cultura que estaba estudiando y que iba más allá del puro movimiento: la dimensión espiritual del baile que tenía como premisa sacar y expandir los sentimientos relativos al ser humano tales como el dolor, la injusticia, la muerte, la vida o la emoción.Y esa fue una de las primeras grandes revoluciones de Dunham y de la llamada “Técnica Dunham”, ya que estaba aportando al baile, a la danza de estudio, un concepto totalmente diferente.
La técnica de Katherine Dunham se basó en los ritmos ancestrales de la esclavitud africana en la cuenca caribeña y en el movimiento aislado de las diferentes partes del cuerpo, basado en el principio de la disociación. Dunham desarrolló una teoría increíble sobre cómo se mueve el cuerpo que todavía se usa en las escuelas de baile de hoy en día. La técnica se basa en aprender cómo se mueve cada parte del cuerpo de forma separada y en todas las direcciones posibles: cabeza, hombros, caja torácica, manos, caderas, dedos, rodillas o piernas; cubría todo el rango de movimiento del cuerpo. La construyó usando su bagaje en el ballet clásico, en el baile moderno y en el baile afrocaribeño. Y, por supuesto, añadió también sus propias ideas. Ella decía: “No soy la mejor bailarina, pero soy una importante catalizadora”. Aquí podemos ver un vídeo ejemplo de la Técnica Dunham.
Dunham Technique. Cortesia: danzeedukator
Los movimientos más impresionantes y complicados que Dunham enseñaba provenían de las Islas Martinicas. Allí los hombres realizaban un baile de lucha llamado el Agya, una fusión de combate africano y europeo. Este baile/lucha apareció porque a los esclavos no se les permitía usar armas. Se podría decir que el Agya es un arte marcial disfrazado de baile. Dunham grabó muchas imágenes durante su estancia en las Martinicas y luego las usaba con su alumnado para enseñarle los movimientos. En 1937 decidió montar una coreografía basada en su interpretación del Agya, la cual estrenó en Chicago en enero de 1938. El baile hacía referencia al amor entre un pescador y una chica y un diablo que lo impedía. Impresionante de ver, tanto el Agya como la interpretación que ella hizo.
Dennis Stock - Magnum Photos
Nueva York y la consolidación de su carrera con su compañía de baile
La obra obtuvo un éxito inmediato. Tanto que ella y su compañía de baile fueron invitados a Nueva York, a Broadway. Era el año 1940. Para esa ocasión Dunham preparó un dueto al que llamó Barrelhouse Blues sobre un chico y una chica que se encuentran en la ciudad de Chicago en invierno y empiezan a intimar y fantasear en un bar. La obra está llena de sensualidad y los movimientos y la danza son suaves y acompasados. Una pieza de baile muy blusera que creó mucha controversia para el público de 1940 dada su temática. Lo que la crítica ignoró fue el hecho de que esa pieza era una auténtica revolución del baile, una auténtica mezcla entre lo auténtico con lo artístico. Tacharon la obra de “vulgar” pero a Dunham no le importó, le gustaba el riesgo y por encima de todo buscaba que tanto el público como los bailarines experimentaran el blues, el jazz, lo espiritual de todo esta música y cultura a través de la danza. Este vídeo contiene una pequeña parte del baile.
Dancing in the Light: Katherine Dunham’s Barrelhouse Blues. Cortesía: Alina Sokulska
Muchos proyectos, muchas caras y una misma causa
La celebridad puso el turbo en la vida de Dunham: impartía clases sobre cultura caribeña, escribía artículos para la revista Esquire bajo el pseudónimo Kei. Donn y triunfaba en los escenarios de Broadway y en las pantallas de Hollywood. En 1945 abrió una escuela de baile en Nueva York, que pronto se convirtió en el foco de la danza negra en América, de la danza africana. También fue la primera coreógrafa de raza negra que realizó una coreografía para el Metropolitan Opera House: Aida, en 1964.
Su compañía de baile siguió en activo durante muchísimos años. Entre 1940 y 1960 la compañía viajó por más de sesenta países en los seis continentes, siempre con un lema subliminal y potente de lucha por la igualdad y el no olvido pues Dunham también fue una mujer muy activa políticamente. Era un momento de extrema segregación y Dunham usaba su popularidad para ir contra el racismo. Ejemplo de ello es que soplaba a la prensa los nombres de aquellos hoteles a los que no se les permitía la entrada por ser negros, rechazaba contratos en aquellos lugares en los que podía acudir una audiencia segregada y daba charlas sobre los derechos civiles de los negros.
Su legado
La cultura africana, tanto en música como en danza, se desarrolló muy fuertemente en lugares como Brasil, el Caribe o la parte negra de Estados Unidos. Todos esos bailes, movimientos, lenguajes y expresiones artísticas de raíz africana se desarrollaron gracias a artistas como Katherine Dunham. Los y las artistas afroamericanas querían buscar las conexiones con su pasado y rendir homenaje a su cultura y, desde allí, desarrollar y transformar el legado que tenían. Fueron tiempos en los que la estética y la evolución de la cultura negra empezaban a unir África con las nuevas culturas negras del resto del mundo. En palabras de Dunham: “No podría haber aprendido los bailes sin conocer a las personas”.
La técnica de baile de Dunham se difundió por toda Norteamérica en universidades y centros tanto profesionales como amateurs, y ella se mantuvo en activo mientras pudo. Murió con 96 años en Nueva York. Su lema "Black is beautiful" pervive hoy en día.
Katherine Dunham. Foto: Dwight Carter
© bibliodanza- ciudaddeladanza
UN BELLO ARTÍCULO
KATHERINE DUNHAM: COREOGRAFA, DANZARINA, ANTROPÓLOGA Y ACTIVISTA DE DERECHOS HUMANOS
Cortesía: Martha Llanos Zuloaga
Katherine Dunham Nació el 22 de junio de 1910 en Chicago (Estados Unidos). Recibió el doctorado en Antropología en la Universidad de Chicago y realizó estudios sobre el tema, en el Caribe. Formada en danza con Liudmila Speranza y Mark Turbyfill. Luchó por los derechos civiles de los negros y la igualdad. Comenzó a danzar en 1931 en el New York Labor Stage.
En 1940 creó una compañía muy solicitada integrada por negros. Entre sus obras destacan: Canto del Caribe (1943), Baile negro (1946) y coreografías para películas, y un gran éxito en Broadway, su Revista tropical (1943).
Su influencia se ha notado en la danza teatral afro-americana. La original técnica de Dunham marcaba el movimiento de ciertas partes del cuerpo independizándolas del resto. Su escuela de danza se convirtió en un centro muy influyente de danza afro-americana. En la década de 1970 fue a la Universidad de Southern Illinois como artista residente y más tarde llegó a ser profesora.
Conocí a la gran Maestra Katherine Dunham gracias a otra gran Maestra peruana Victoria Santa Cruz. Era el año 2002 y participaba en Nueva York de la reunión sobre el Estado de las Mujeres en el Mundo y allí estaba Melony McGant que era amiga de Victoria Santa Cruz ya que su madre había sido su alumna en el curso de Arte que ella dictaba en la Universidad Carnegie Mellow en Pittsburg, Pensilvania. Posteriormente, desarrollo amistad con MELONY por muchos años. Ese día yo tuve que salir rápidamente porque tenía mi primera clase de cinco ritmos y con la propia Gabrielle Roth, su creadora.
Recuerdo que nos reunimos en Nueva York con Melony me trajo su libro Sunshine y Olivier, y ¡oh sorpresa! su mentora y amiga la gran danzarina y activista de derechos humanos Katherine Dunham. Así, ella supo de mi gran pasión por la danza y me contó acerca de la vida de la Sra. Dunham. Quedé muy impresionada y le pregunté si sería posible conocerla y me comento que estaba un tanto delicada de salud. Para mi alegría y sorpresa Katherine Dunham me invitó a su departamento. Llegué con Melony a su hogar en Manhattan, ella estaba en cama ya tenía 92 años. Una señora de rostro dulce con la espalda erguida apoyada en el respaldar de su cama y recuerdo que conversamos sobre la Danza, los movimientos y su aporte al desarrollo de las personas, comentó que había realizado muchos viajes y vivido con las mujeres haitianas y observado sus movimientos creando así su técnica de danza. Pidió que me trajeran un shekere o calabash (una calabaza con redes de cuentas instrumento musical de percusión de áfrica) me pidió si podía danzar y crear un ritmo, debo confesar que no lo esperaba, pero había tanta dulzura en ese viejo y sabio rostro que lo hice y ella sonreía y danzaba con sus brazos y manos. ¡Qué experiencia hermosa y espontánea!!!
Sonó el timbre y eran visitas por lo cual pensé que era tiempo de retirarme y cual sería mi sorpresa al identificar a Harry Belafonte al cual conocía como Embajador de la Unicef donde yo trabajé, estaba acompañado de su esposa Julie que la Sra. Dunham comentó era una extraordinaria danzarina de su técnica Dunham.
En la tarde estuve en silencio agradecida a la vida y a la danza por estas oportunidades de compartir con estas mujeres iconos que han dejado huellas en su paso por la tierra.
Quise conocer más de Katherine Dunham y es así que les comparto su gran aporte en el trabajo experimental en el que ya combinaba danza y antropología en el estudio de lo africano. Isadora Duncan y Ruth St. Denis habían hecho un trabajo similar con la exploración “de lo griego y lo oriental”, pero Mrs. Dunham fue una estudiosa de la rica y decisiva influencia africana en la cultura de su país, y la multiculturalidad caribeña. Es así que visita en 1936 por primera vez a Cuba y durante año y medio viaja por Jamaica, Trinidad, Martinica y Haití, ese último destino profundizo en la cultura y ritualidad del vudú. El 15 de enero de 1979 se reunieron en el Carnegie Hall de Nueva York tres generaciones de bailarines y músicos que trabajaron con la Sra. Dunham, para rendirle tributo, cuenta la revista Performing Arts que allí apareció “el venerable La Rosa Estrada, uno de los percusionistas líderes de la compañía de Katherine Dunham”, casi cuarenta años después que el encuentro con la genial danzarina le cambiara la vida.
Katherine Dunham murió el 21 de mayo de 2006 en Nueva York a la edad de 96 años.
Corolario. Creo en la sincronicidad que nos ofrece el universo recuerdan que les comenté que el día que conocí a Melony en Nueva York recibiría mi primera clase de danza de los cinco ritmos con Gabrielle Roth su creadora, fue el año 2002. Posteriormente Melony menciona a Katherine Dunham acerca de Gabrielle Roth y finalmente ambas se conocen. Como hubiera querido estar presente y escucharlas. Gabrielle de quien compartiré próximamente su historia y mis vínculos con ella falleció en el año 2009.
Un mundo de sincronicidades… Rev. Melony mcgant.
En 2002 conocí a la Dra. Martha Llanos en las Naciones Unidas. Ella es un espíritu tan hermoso y generoso y nos hemos convertido en buenas amigas a lo largo de los años. Ella y yo teníamos un amor por la danza y las artes. A través de ella aprendí sobre la bailarina y chamán Gabrielle Roth y le presenté a Katherine Dunham.
Yo había tenido la suerte de conocer a la legendaria peruana Victoria Santa Cruz. Iba siempre a visitarla a su hermoso apartamento en Western Hall en Pittsburgh. En ese momento, ella estaba enseñando en Carnegie Mellon y estaba muy ocupada, pero aun así se tomó el tiempo para leer y criticar mis escritos, incluso después de que me fui de Pittsburgh y me mudé a Santa Fe, Nuevo México. La Dra. Hiedi Feldman está escribiendo un libro sobre Victoria Santa Cruz y estoy muy feliz por el reconocimiento de manera hermosa por las contribuciones de ella y su familia a la cultura afroperuana.
Qué bendición fue no solo conocer a la legendaria Katherine Dunham a través del coreógrafo Reginald Yates en 2001, sino también pasar tiempo de calidad y viajar con ella. Se convirtió en una mentora importante y me presentó a la Dra. Glory Van Scott, bailarina y académica de DUNHAM, quien también se convirtió en una mentora importante.
Una vez le pregunté a la señora Dunham: «¿Hay algo que pueda hacer personalmente por usted? ¿O algo que personalmente necesite saber?»
Y la señora Dunham respondió: «Creo que eres una de las personas que tiene el tejido del conocimiento y creo que debes desarrollarlo y continuar con tu misión de nutrir y fomentar el amor, que debes pasar un poco más de tiempo protegiéndote”. No puedes darte el lujo de ser hipersensible, por así decirlo. Tienes que encontrar diferentes formas de ayudarte a ser más fuerte cada día. Y ser más fuerte y más sabia. Necesitas fuerza y sabiduría. Y has ayudado tanto… solo el hecho de que estés allí. Y sé que estás allí. Y que sé que eres una persona honesta que trabaja para el mismo fin, eso es genial. Sus palabras me hicieron llorar.
Hoy estoy pensando en Katherine Dunham, Victoria Santa Cruz y la Dra. Martha Llanos.
¡Qué privilegio haberme sentado a los pies y aprendido de estas tres grandes mujeres icónicas y compasivas!
Sobre el personaje: Katherine Dunham (1910-2006) fue una destacada coreógrafa y danzarina estadounidense de fama mundial. Obtuvo el grado de doctora en Antropología por la Universidad de Chicago. También fue profesora de música, compositora de canciones, actriz de cine y luchó por los derechos civiles de los negros y la igualdad. En 60 años de carrera acumuló honores. Entre ellos figura la Medalla Presidencial de las Artes, el Premio Albert Schweitzer y condecoraciones del Centro Kennedy y los gobiernos de Francia y Haití. Su legado continúa gracias a los esfuerzos de su hija, Marie-Christine Dunham-Pratt, el Centro Katherine Dunham para las Artes y las Humanidades y el Instituto para la Certificación Técnica de Dunham. Perú, 18 de mayo del 2022.
Reverenda Melony McGant. Nueva York, 29 de abril de 2022.