LA DANZA ENTRE LOS ROMANOS

LA DANZA ENTRE LOS ROMANOS


Bacante bailando en un fresco de Pompeya

Bacante bailando en un fresco de Pompeya

 

En la larga historia de los romanos se tienen que diferenciar tres períodos por lo que hace referencia a la danza: monarquía, la república y el imperio.

 

Bajo la monarquía del siglo VIII al VI a.C. Roma estaba dominada por los etruscos y fue cuando además se introdujeron la mayoría de los ritmos religiosos, danzas de origen agrario pero cuyo sentido original se había perdido: ritos de los Ipercos, de los Arvalos, y los Silenios.

 

Los autores latinos nos describen las costumbres de los Silenios con detalle. Estos ritos consistían en danzas con armas y que se celebraban en otoño y eran celebradas de una manera inferior. Para la primavera celebrarlas de una manera más brillante en honor a su Dios Marte.

 

Su danza era un "tripudium" (danza de tres tiempos) que ellos median cantando, pero sobre todo golpeando su escudo con sus armas.

 

Era una costumbre muy antigua: los coretas griegos actuaban de forma similar para. atraer la atención de Zeus.

 

La religión de los Silenios podemos ver que tuvo una evolución muy parecida a las anteriores religiones. Primero sus danzas eran dedicadas a sus dioses, para posteriormente ir degenerando hacia el final del imperio y llegar a olvidar completa mente el sentido con que habían nacido.

 

Según Tito Livio, desde el año 390 a.C. los laudiones participaban en los juegos escénicos.

 

Desde el inicio de la república, la in fluencia helenística fue preponderante a Roma en todo lo que hace referencia a sus danzas. Los orígenes religiosos de sus danzas habían quedado totalmente olvidados, no se trataba ya más que de un arte placentero.

 

Bajo el imperio, la danza recobró el interés general, la practicaban incluso da mas de alta condición social. Pero fue en los juegos circenses donde triunfó. Rápidamente las pantomimas se convirtieron en espectáculos grotescos, pues la mímica predominó sobre la danza. ,

 

También las danzas de banquete tenían con mayor frecuencia un carácter más de indecencia que de danza. Eran bailadas sobre todo por cortesanas entre las cuales había un buen número de mujeres sirias y africanas que habían sido traídas como botín de sus conquistas. Así la pintura de Pompeya del museo de Nápo les que representa una danzarina desnuda y también la narración de Tácito sobre una danza lúbrica de la vendimia, ejecutada por Mesalina y sus compañeras de orgía corresponden a este carácter .

 

Estamos muy lejos del culto original de Dionisos, dios de la fertilidad, y se comprenden las prohibiciones lanzadas contra la danza por los padres de la Iglesia, prohibiciones que harán sentir su peso durante toda la edad Media.

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