EL BALLET EN ALEMANIA Y AMÉRICA

La Danza Moderna

Rudolp Nuyeyev, considerado como la figura más grande del ballet actual.


DIVERSAS CORRIENTES DE LA MODERNA DANZA TEATRAL


Al margen del ballet clásico que alcanzó un predominio absoluto sobre todos los escenarios del mundo, especialmente por mérito de los ballets rusos, se desarrollaron a principios del siglo xx otras corrientes de danza, a las cuales nos hemos referido pasajeramente en el curso de este trabajo. Fueron iniciativas aisladas, algunas de las cuales, aun no estando destinadas a perdurar, dejaron sin duda una huella e influenciaron a veces de un modo pro fundo el desarrollo del ballet.

El primer experimento fue el de lsadora Duncan que a principios del siglo vemos en Rusia impresionar e influir sobre el desarrollo coreográfico de Fokine, inspirándolo a un mayor relieve del sentido dramático e interpretativo ya una mayor libertad en la aplicación de la técnica académica.

Norteamericana; nacida en San Francisco, en 1878, pero de origen irlandés, murió trágica mente en Niza en 1927, estrangulada por su chal que se arrolló a una rueda del automóvil en marcha. La mística de la Duncan era un poco confusa ya su danza definida libre, le faltaba la base de una sólida preparación técnica, pero sin duda, su talento y su entusiasmo fueron tales que lograron subyugar .

Según sus teorías, todo el cuerpo y no solamente las piernas debían danzar para traducir el alma misma de un poema musical, no expresamente escrito, sino de libre elección, del modo más expresivo, sugerido no por fórmulas fijas, sino por el impulso y la inspiración del momento, lo que en síntesis vendría a ser una forma de improvisación. Sus ideales partían originariamente de las figuraciones del arte griego, con sus movimientos plásticos, sus túnicas flotantes, sus pies desnudos y el cuerpo libre de toda traba. Cada una de sus danzas estaba integrada por actitudes copiadas de las pinturas de los vasos griegos o de las estatuillas de Tanagra, enlazadas con mucho gusto las unas a las otras, de modo que produjesen la ilusión de una coreografía; pero en el fondo no poseían un verdadero carácter ya los ojos de los expertos aparecían un poco inconexas e ingenuas.

Por su carácter de improvisación y de subjetivismo y por la carencia de un verdadero sistema, las danzas de Isadora Duncan murieron con ella. Su primer éxito lo recogió en París en 1900; en 1904 abrió una escuela en Berlín y en 1905 actuó en Rusia, suscitando siempre, en tomo a sí, discusiones o aprobaciones. Su gran mérito fue haber hecho enfocar nuevamente sobre la danza la atención de un público fatigado y anonadado por la retórica del ballet clásico, y de haber replanteado indirectamente el problema de una renovación, a una clase de artistas alejados, cuando no en actitud hostil, del mundo farragoso de la danza teatral, según se presentaba a principios. del siglo.


Un segundo movimiento importante fue el unido al nombre de JaquesDalcroze (Viena 1865Ginebra 1950), profesor de armonía del Conservatorio de Ginebra, que casi contemporáneamente a la Duncan predicó el valor ético de la danza rítmica que, como la gímnica de los griegos, debería concurrir con su armonisidad a la formación moral del individuo. Su sistema se denominó eurítmica y trata de traducir la escritura musical con gestos y movimientos bien definidos; el movimiento de los brazos indica el tiempo, el de los pies y el cuerpo, los valores de las notas.

La gimnasia de los miembros, rigurosamente regulada y equilibrada, sobre una base rítmica, debería ser, según Dalcroze, uno de los funda mentos de la educación de los niños que, iniciados en este método a la edad de 4 a 5 años, obtendrían de su aplicación diaria un desarrollo armonioso del cuerpo y además el del espíritu, educado a través de la voluntad y de la relajación, en un sano equilibrio que proporciona la alegría de vivir .

Los dos movimientos de la Duncan y de Dalcroze, determinaron, especialmente en Alemania durante los veinte años transcurridos entre las dos guerras mundiales, nuevas iniciativas cuya importancia no es posible cierta mente desconocer.


Rudalph van Laban, adicto a la corriente expresionista dominante en todos los campos del arte en la Europa Central, fue inspirado por la Duncan en la formulación de su estética de la danza que, repudiando la rigidez de la forma del ballet clásico. sostenía el naturalismo y el realismo expresivo.

Nacido en Presburgo en 1879, pero habiendo crecido en la Bosnia Herzegovina, se sintió impresionado desde su infancia por las danzas de los derviches y por la filosofía oriental y se inclinó hacia la mística asiática. Espíritu sistemático, estudió y clasificó geométricamente los movimientos sobre los cuales fundó su sistema de danza mimoplástica, que difundió a través de las escuelas por él instituidas en Munich, Stuttgart y Hamburgo. Se deben a Laban los ornamentos de la orquéstica alemana aparecidos en el periodo prehitleriano y su difusión por Europa y América, también por mérito de una gran discípula: Mary Wi man (1886).

Mary Wigman. Nacida en Hannover, fue una de las mayores propagandistas de la escuela expresionista germana en América. Repudió las abstracciones tan caras al maestro, como toda influencia de la danza académica y extrajo de la libre intuición, las formas y la inspiración para la declamación plástica, que es la base de su danza, influenciada también de la mística asiática.


En Dresde creó, en 1921, una compañía que representó misterios laicos y acciones líricas de carácter sacro, que despertaron la atención y el interés del público, sobre todo por la fascinación de sus exhibiciones como solista, que revelaban, a través de un elocuente lenguaje pantomímico, la fuerza de su personalidad. Sus teorías fueron expuestas por ella misma en dos tratados teóricos sobre el arte de la danza y difundidas por medio de numerosas escuelas diseminadas por todo el mundo.

Mary Wigman.

En 1949 se estableció en Berlín oeste y en 1953 apareció por última vez sobre la escena, en la danza coral Die Scherin, dedicándose in mediatamente después a la enseñanza. Su mejor discípula es Hanja Halm (1898). Naturalizada estadounidense en 1939, consiguió señalados éxitos, especialmente como coreógrafa en un género típicamente americano: el musical. Entre los más conocidos y afortunados ejemplos musicales de este género, que ha gozado y goza de gran favor popular, figuran Kissme, K ate (1948), M y fair Lady (1956) y Where's Char ley? (1958).


Otro discípulo perteneciente a la escuela expresionista de Laban es Kurt Joos (1901), nacido en Alemania, que en 1932 ganó en París el primer premio de los Archives Internationales de la danse con un ballet sensacional: La mesa verde.

Enorme ha sido su influencia, tanto en la creación de los ballets de acción» sicoanalíticos americanos, como en la constitución en los Estados Unidos, de escuelas libres llamadas germánicas» en contraposición a las Rusas» en las que se aprende la técnica clásica. Kurt Joos, en colaboración con Sigurd Leeder, uno de los mayores maestros de danza actuales, ha instituido una escuela que influye de manera decisiva sobre el desarrollo del ballet en Europa central, y directamente, ya a través de las re presentaciones de los Ballets Joos.

Conciliando elementos de la danza libre con los de la danza académica, ha creado una forma nueva de ballet, similar a una pantomima dra mática. Con su compañía se exhibió desde 1932 hasta 1947, en ambas Américas y en toda Europa, excepto Alemania. Después de la guerra estuvo en Chile y en 1959 se estableció en Essen, donde prosiguió su actividad didáctica. En 1958 profesó un curso de danza en la Accademia Nazionale di Roma, donde puso en es cena Le Vergini folli, sobre música de J. S. Bach, para los ensayos de la escuela.

También los Estados Unidos de América tuvieron a principios del siglo un movimiento independiente del ballet, en la escuela fundada por Ted Shawn (1891) en Los Angeles. Este americano del Missouri se inclinó hacia la música de los pueblos autóctonos, de los antiguos conquistadores españoles, de los precursores y de los negros americanos y para las coreografías, a sugerencias folklóricas y populares; y olvidando las enseñanzas y los ejercicios de la danza académica, instituyó un método particular suyo, para el desarrollo atlético de los danzarines.

Después de una gira artística a través de los Estados Unidos, en la temporada 191314 encontró en Nueva York a la danzarina Ruth Saint Denis que primero fue su pareja y después (1914) su esposa. También creó danzas especiales para los servicios divinos y al igual que los ballets rusos, contribuyó a desvanecer los prejuicios que a la sazón existían contra los danzarines, prejuicios que se habían formado en la época del ballet romántico, constituyendo una compañía integrada solamente por hombres.


Con la activa colaboración de su mujer y de Margaret Welman, fundó un grupo de es cuela de danza, llamado Denishawn, que influyó profundamente sobre el futuro desarrollo del ballet en América, en parte también, por que aceptaron y difundieron la danza expresionista alemana de Laban y Mary Wigman. Se parándose de su esposa, vino a ser un ardiente mantenedor de la Work Symphonie ( I Sinfonía del trabajo y iOh, Libertad! Después de la guerra, su hacienda, llamada J arob' s Pillow, sita en Lee, Massachusetts, que desde 1933 era sede estival de la escuela, se convirtió en centro de un importante Festival de la danza y desde 1940 estuvo abierta a bailarines de ambos sexos.


La más famosa alumna de la Denishawn, fue sin duda Marta Graham (1893), que cuando debutó en Nueva York en 1926, había ya interpretado la parte de protagonista del ballet azteca Xochitl y había enseñado en la Eastmall School o! Music de Rochester. Entre las inter pretaciones más originales de aquel periodo se recuerdan Le sacre du printemps de Stra vinsky y Ein Heldenleben «lVida de héroeD) de Richard Strauss.


Inmediatamente después de haber formado parte de una compañía de revistas, se dedicó al estudio de su personal concepción de la danza, elaborando un estilo que se valía de todos los recursos del materia autóctono estudiado en sus orígenes y danzas primitivas, ritos arcaicos y danzas ceremoniales para expresar todos los impulsos del espíritu humano. Su danza, sicológica y abstracta, huyó naturalmente de las expresiones técnicas del ballet clásico y creó innovaciones que, según su discípula Agnes de Mille, constituyen «la más importante aportación al vocabulario de la danza, hecha en este siglo» y «el más perfecto movimiento creado de una composición viviente».

Hasta 1939, Marta Graham danzó únicamente en los Estados Unidos; luego realizó importantes giras por Europa donde cosechó consi derables éxitos. Sus obras juveniles son Dithy rambic, Ekstasis y Frontier, a las que siguieron muchas otras entre las cuales citaremos Hero diade (1944, música de Hindemith), Appala chian Spring (1944, música de Copland) y Night Journey «


Su arte era verdaderamente americano, derivado del auténtico folklore de los indios de América, si bien traducido a través del espíritu y del estilo del expresionismo alemán de Mary Wigman. Adolece, empero, de un excesivo individualismo que hace de ella la única intérprete verdaderamente activa de la compañía. Por lo demás, todos los movimientos hasta aquí mencionados, han tenido un carácter más in dividual que colectivo y la común particularidad de no requerir una música compuesta expresamente, sino, por el contrario, tratar de interpretar del modo más expresivo posible, obras de música clásica, romántica o moderna.

Después de la última guerra, también los negros han penetrado en la danza artística, de mostrando a veces singulares dotes individua les. Una de las primeras y más logradas tentativas de una compañía enteramente de color, fue realizada por méritos de la mestiza Katherine Dunham (Illinois, 1912), coreógrafa y danzarina que se inspiró también en las fuentes folklóricas primitivas. Laureada en antropología y apasionada por esta disciplina, después de haber estudiado con seriedad y amor las danzas de los negros africanos y de los negros de las Antillas, fundó una escuela de danza ya continuación una compañía, por medio de la cual presentó un espectáculo titulado Corre

bean Rhapsody, compuesto por ella misma. Este espectáculo tuvo mucho éxito en todo el mundo por la novedad coreográfica y por sus agradables escenas, rebosantes de color y de vida, pero las siguientes creaciones de Katherine Dunham, que fue definida «artista más inteligente que sensible», gustaron menos.

Otra artista negra, Pearl Primus (1919), de profunda y seria cultura, debe ser considerada aquí; danzarina refinada y sensible, que para sus creaciones se inspiró en temas de las Indias Occidentales, negroamericanos y africanos y en argumentos sociales tomados de la literatura negra. En 1959 abandonó América y se instaló en Monrovia, capital de Liberia, donde fundó un centro teatral destinado a conservar la tra dición de las danzas africanas.

Por el contrario, el ballet clásico americano nació tarde, por mérito de Lincoln Kirstein que en 1934 fue el primero que contrató a Balanchine a fin de que crease una institución coreográfica americana de este género. De su colaboración surgió primero en Nueva York la School of American Ballet y después dos compañías de danza: la American Ballet (1934) y el Caravan Ballet (1936), que inició su actividad exhibiéndose en el western de la danza Billy the kid, de Eugene Loring, música de Aaron Copland, en la escena cómica Marines y en diversos bailes, generalmente de van guardia.

En 1948, siempre bajo la dirección de Balanchine, de la fusión de las dos compañías surgió el New York City Ballet que ha conquistado gran notoriedad merced a sus excelentes realizaciones ya los óptimos danzarines que en él han participado, como Lincoln Kirstein, William Dollar, Jerome Robbins, codirector artístico, y la excelente solista María Tallchief, esposa del coreógrafo.

Un plano de gran tensión dramática de West side story, filme musical con una espléndida coreografía y unos admirables números musicales.

Balanchine, salvo algunas excepciones como La sonnambula (1946) y Orfeo (1948), dejó de lado el ballet narrativo para dedicarse a coreo grafías abstractas, como Concerto barocco, sobre música de J. S. Bach, Tema y variaciones, El palacio de cristal y Sinfonía concertante, presentados también en Europa. Las coreografías de Balanchine tratan de evitar todo asunto y toda intención descriptiva, dramática o pintoresca, restituyendo a la danza pura la primacía absoluta. Asimismo los efectos decorativos son reducidos al mínimo: ningún atributo, poco color, con frecuencia un fondo liso y trajes reducidos a simples túnicas o maillots. Imaginando movimientos geométricos de los grupos, en filas, en diagonales, con figuras alternadas o en contraste, Balanchine trató de reproducir visualmente el juego temático musical. Cuando sus ballets no son del todo abstractos, dejan apenas entrever una sugerencia expresiva: sorpresa, dolor, amor, incertidumbre, abandono.

Naturalmente este género de ballets es acusado de mecanicidad y de frialdad. como todas las cosas demasiado «construida o elabora das y también los artistas que deben interpretarlos, se duelen de no poder poner en ellos nada personal. Pero si se consigue vencer en nosotros «el eterno deseo de que nos cuenten fábulas, se puede apreciar en ellos la fantasía, la estilización del juego escénico, la audacia creadora y la «pureza que conduce de nuevo la danza a su principio esencial, sin otro apoyo que el ideal de la música. Además, a través de su trabajo de desarrollo, extensión y renovación del material técnico, Balanchine, casi un nuevo Blasis, fijó las reglas de la técnica hoy vigente.

A la compañía de los ballets de Balanchine se contrapuso la American Ballet Theater, fun dada en 1939 por Richard Pleasant y dirigida por Lucia Chase y Oliver Smith, que, después de numerosas giras en territorio americano y europeo, culminadas con un triunfo en París, fue consagrada en 1950 la mejor compañía de ballets de los Estados Unidos. Valiéndose de excelentes y dinámicos elementos, ya danzarines, ya coreógrafos, el Ballet Theater observó esta norma respeto de la tradición de la técnica clásica en la creación más moderna posible.

El principio tradicional que informa toda la obra de Lucia Chase está claramente expresado en una declaración suya: «Los italianos introdujeron el ballet en Francia en la época del Renacimiento; los franceses promovieron su desarrollo en Rusia y los rusos lo trasplantaron a América. Pero aun cuando la expresión artística de este conjunto tiene sus raíces en la histórica tradición europea y en la pluralidad de estilos y tendencias que allí están presentes, aquí se revela evidente el temperamento nacional, constituyendo el primer paso hacia la formación de una escuela americano, mejor, hacia el ballet tal como es creado y danzado por los artistas americanos, por decirlo con las palabras de la propia Lucia Chase.

Incuestionablemente esta compañía con el Royal Ballet se mantiene en un primer plano mundial. Entre las bailarinas que han formado y que forman parte de ella, resaltan Nora Kaye, la lírica Rosella Hightower, la tierna Nathalie Philippart, con la excelente virtuosa Alicia Alonso y la incisiva MaryEllen Moylan; entre los danzarines, John Kriza, Scott Douglas e Igor Youskevitch, cuyo valor lírico está subrayado por cualidades atléticas excepcionales. La absoluta maestría de su técnica le permite interpretar impecablemente ya ballets como Las sílfides, Tema con variaciones y Giselle, ya audaces novedades coreográficas como son las obras de Jerome Robbins y de Herbert Ross.

Jerome Robbins (1918), joven exuberante y lleno de ideas y danzarín también, fue uno de los coreógrafos precursores del Ballet Theater , que preparó Fancy Free, sobre música de Leonard Bernstein, ballet que tiene por asunto las aventuras de un grupo de marineros que han desembarcado en el puerto de Nueva York, al que siguieron Interplay de Morton Gould, atrevida composición abstracta y Facsimile, también de Bernstein, en el que aparecen en ufacsími la angustia, el deseo, el erotismo, los celos y la desesperación. Fue el primero que introdujo en el ballet (1946) importantes novedades como el intermedio hablado, el ada gio amoroso y gritos durante la danza.

En 1957 creó el célebre West Side Story, para la 'música de Bernstein, en que la romántica y trágica historia de Julieta y Romeo es transportada al ambiente de delincuencia juvenil de un distrito de Nueva York. Aunque sin abandonar su misión en el Ballet Theater, fundó en 1958 los Ballets USA, cuya vida fue breve y combatida, pero que influyeron enorme mente sobre los gustos y las tendencias de la «modern dance». Nacido a petición de Menotti, para el Festival de ambos Mundos, representó en Spoleto Games «New York export: Opus Jazz, considerado el mejor trabajo de Robbins. Ambos ballets fueron juzgados como la expresión más avanzada de la coreografía actual. Después de varias giras por el extranjero y de haber sido disueltos y reconstituidos varias veces, los Ballets USA se exhibieron en 1962 en un espectáculo de gala celebrado en la Casa Blanca, antes de dispersarse definitivamente.

Herbert Ross (1926), miembro también del Ballet Theater, en 1959 y en colaboración con J. Butler, formó una nueva compañía, rebautizada con el fenecido nombre de American Ballet, con la cual se presentó en Spoleto, re presentando Dark Songs «New American Ballets, creó para el Festival de ambos Mundos, 1960, Toccata for percussions del compositor mexicano Carlos Chávez y actuó sucesivamente en varios festivales internacionales. Pero el excesivo intelectualismo de la concepción coreográfica y de los temas o asuntos impidieron a Ross conseguir éxitos verdaderamente populares si se exceptúa el ballet Los Caprichos. Este ballet, sobre un trío de Béla Bartók, es una de las composiciones coreográficas más violentas que nunca hayan aparecido en escena. Está constituido por algunos episodios inspirados en los aguafuertes de Goya, sin aparato escénico, y por un episodio extraído de una historia fantástica de Edgar Poe, en la que un extraño cíngaro danza con la Muerte.

Otros ballets, influenciados por las otras corrientes de la danza, de las cuales ya hemos hablado, surgieron en América; ballets que fueron llamados sicológicos y en los cuales persiste la forma «clásica» del ballet de ac ción, pero renovada en su espíritu. Son los de Agnes de Mille (Fall River Legend) que analila las pasiones brotadas de un oscuro drama de crónica; de Antony Tudor (Pillar of fire, Columna de fuego), versión plástica de Ver kliirte Nacht «(Frankie and Johnny, extraño ballet hablado. escrito por W. Saroyan). en los cuales es evidente la busca de nuevos caminos.

Es característica la elección de temas toma dos «a prestado de la sicología y del sicoaná lisis. argumentos de actualidad en América. como lo demuestran el teatro y la pantalla. y la escenografía que tiende a producir el shock por medio de colores violentos. con predominio del rojo y de sombras misteriosas.

También el origen de estos ballets es europeo. por ser una derivación de la danza expresionista alemana surgida en los primeros veinte años del siglo. pero su estilo teatral. la elección de los temas y la técnica de la ejecución. son extraños a la tradición de la danza hispanoitalofrancorusa. En efecto. especialmente en los dos primeros ballets mencionados, como quiera que la técnica trató de aproximarse a las figuras terre (terre de la danza clásica. están tan modificadas. apremiadas y sobrecargadas de exaltación dramática que resultan irreconocibles.

En ellos la danza parece perder su posición preeminente; abdicando de su papel y abandonando la consciencia misma de sus valores líricos. por cuanto la parte principal está con fiada o al tema literario. que puede ser una narración dramática o una alegoría sicoanalítica. o bien al escenógrafo y al figurinista.

Es evidente en el ballet como en toda otra expresión de arte. la necesidad de crear un len guaje nuevo; con temas nuevos y nuevas técnicas. combinaciones de pasos clásicos con danzas folklóricas y jazz. como es evidente también el impulso del coreógrafo a comunicar con el público, expresando la actualidad de una concepción que. según él. responde mejor a las necesidades ya las exigencias intelectuales de una sociedad compleja y en rápida evolución como la nuestra. pero sus experimentos son raramente apreciados por la masa.

En todo el mundo. grupos de danzarines y coreógrafos intentan adaptar las tradiciones he redadas del ballet clásico e impartidas en es cuelas especializadas. con una severidad y una precisión científica superiores a las de todo tiempo pasado, a la expresión de hechos. historias estados de ánimo y situaciones de la sociedad actual. tan profundamente transformada. la cual. no obstante. no aprecia estos esfuerzos salvo un reducidísimo sector y. anclada en las fórmulas tradicionales. se muestra satisfecha con la repetición sin fin de los temas más conocidos y consagrados por la fama.

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