EL BALLET EN EL S. XX. INTRODUCCIÓN

Cortesía: WIKIPEDIA


El ballet alcanza un "Mundo Nuevo"

Compañías de ballet de Europa comenzaron giras lucrativas en los teatros de Norteamérica, Centroamérica y América del Sur, a mediados del siglo xix . El prestigioso Teatro Colón de Buenos Aires, Argentina, ha sido sede de bailarines extranjeros.25 Por la década de 1880, el Teatro Colón tuvo su propia compañía de ballet profesional.


Anna Pavlova en Les Saisons (1900) con coreografía de Marius Petipa y música de Alexander Glazunov.


Vaslav Nijinsky en El Espectro de la rosa, 1911.




Sigloxx y el Modernismo

Rusia y el ballet ruso


En la primavera de 1909 el empresario ruso Sergei Diaghilev visitó París con una compañía formada por bailarines del Teatro Mariinski de San Petersburgo: los Ballets Rusos que iban a revolucionar el concepto del ballet en el siglo veinte.

Diaghilev y el compositor Igor Stravinsky unieron sus talentos para traer el folklore ruso a París con El pájaro de fuego y Petrushka con coreografía de Michel Fokine. Diaghilev también presentó las coreografías vanguardistas del bailarín Vaslav Nijinsky L'apres-midi d'un Faune con música de Claude Debussy y La consagración de la primavera con música de Stravinsky. Esta última provocó un gran escándalo en su estreno por los Ballets Rusos en el Théâtre des Champs Élysées de París, el 29 de mayo de 191326 .

El ballet continuó evolucionando en Rusia después de la Revolución rusa de 1917 y la instauración del régimen soviético. Después de un estancamiento en la década de los años veinte, apareció en escena a mediados de la década de 1930 la nueva generación de bailarines y coreógrafos. Se promovió la perfección en la técnica y la precisión en la danza. Agrippina Vaganova, que había sido discípula de Petipa y Enrico Cecchetti, encabezó la Academia de Ballet Vaganova, diseñada para entrenar a bailarines para la compañía de ballet del Teatro Kirov de Leningrado (antiguo Teatro Mariinski).

El ballet siempre contó con el fervor y la afición del público y las compañías del Teatro Bolshoi de Moscú y del Teatro Kirov de Leningrado fueron muy populares.

Algunas piezas de la época tuvieron un gran impacto, entre ellas Romeo y Julieta (1940) con música de Sergei Prokofiev y coreografía de Leonid Lavrovsky. Las llamas de Paris (1932) con música de Boris Asafiev y coreografía de Vasili Vainonen es un ejemplo del realismo socialista dominante en el arte de la época, La La Fuente de Bakhchisarai (1934) con música de Asafiev y coreografía de Rostislav Zakharov27 o La cenicienta (1945) con música de Prokofiev y coreografía de Zajarov28 con sus temas del folclore ruso y del mundo del cuento tienen un carácter más lúdico.

El ballet ruso soviético se dio a conocer en Europa occidental y en Estados Unidos gracias a las giras de las compañías del Bolshoi y del Kirov que se iniciaron a fines de los años cincuenta y fueron ya habituales y recibidas entusiásticamente por el público y la crítica en los años sesenta.

La era soviética del ballet ruso puso mucho énfasis en la técnica, el dramatismo y la fuerza. Cuando se ven los archivos se puede ver la gran técnica y el apasionamiento de bailarines como Galina Ulanova, Natalya Dudinskaya, Maya Plisetskaya, Nicolai Fadeyechev, Maris Liepa y otros.


Estados Unidos

Tras el traslado del Ballets Russes a Francia, el ballet comenzó a tener una influencia más amplia, particularmente en los Estados Unidos.

Desde París, Fokine fue a Suecia y luego los EE.UU. y se estableció en Nueva York. Él creía que el ballet tradicional ofrecía más que movimientos bonitos y una exhibición atlética. Además de una buena técnica, exigía: drama, expresión y una autenticidad histórica. El coreógrafo tuvo que investigar el contexto el cual él se encontraba y así decidió rechazar el tutú tradicional y propuso una tendencia de vestuario más contemporáneo.


Fokine coreografió " Scheherazade (Rimsky -Korsakov) " y "Cleopatra". También retomó las piezas "Petrushka" y "El pájaro de fuego". Una de sus piezas más famosas fue "La muerte del cisne", interpretada por Anna Pavlova. Más allá de sus talentos como bailarina, Pavlova tenía el potencial para llevar a cabo las demandas que Fokine tenía en el momento de coreografiar la rutina de ballet. La leyenda cuenta que Pavlova se identificó tanto con el papel de cisne que ella pidió que cuando muriera la vistieran con el disfraz del cisne.




La muerte del cisne de Fokine, interpretado por Pavlova, Ulanova y Plisetskaya

Cortesía: Lucía Chilibroste.


George Balanchine desarrolló una de las mejores técnicas en América cuando abrió la escuela en Chicago, y en Nueva York. Adaptó el ballet a los nuevos medios de comunicación, el cine y la televisión.29 Con esa gran técnica, Balanchine, realizó una nueva coreografía de clásicos como "Lago de los cisnes" y "La Bella Durmiente", así como la creación de nuevos ballets. Él produjo interpretaciones originales de los dramas de William Shakespeare como: Romeo y Julieta, "The Merry Widow" y "A Midsummer Night's Dream".

En 1967, las Joyas de Balanchine rompieron con la tradición narrativa, puesto que en vez de dramatizar una trama se dedicó a dramatizar un tema. Esta nueva idea encajaba con lo que se proponía en Estados Unidos de buscar la libertad de pensar y expresarse.30 Hoy en día, grancias a Balanchine, el ballet es uno de los bailes mejor perservados en el mundo.

Barbara Karinska era una inmigrante rusa, la cual colaboró con Balanchine para mejorar el arte del diseño de vestuario. Ella introdujo el corte llamado"bais cut" y un tutú clásico que permitía al bailarín tener mayor libertad de movimiento. Con una atención meticulosa a los detalles, decoró su tutús con abalorios, bordados y aplicados de tela.



Ballet neoclásico

Ballets Russes con Apollo Musagète (1928) con coreografía de George Balanchine. Los bailarines son Alexandrova Danilova and Serge Lifar.


Se dice que George Balanchine fue el primer pionero de lo que hoy es conocido como ballet neoclásico, utilizando un estilo de danza entre el ballet clásico y danza contemporánea de hoy. Tim Scholl, autor de "De Petipa a Balanchine", consideró a la pieza "Apollo" (1928), para ser el primer ballet neoclásico. "Apolo" representa de una forma la respuesta que el coreógrafo Serge Diaghilev tenía. "Apollo" y otras obras aún se realizan hoy en día, sobre todo por el Ballet de Nueva York.

Frederick Ashton es otro coreógrafo prominente asociado con el estilo neoclásico. Tres de sus obras se han convertido en piezas muy reconocidas en el repertorio internacional : Sylvia ( 1952 ), Romeo y Julieta (1956), Ondine (1958 ), y Margot Fontaine


Época contemporánea

Una presentación en el 2010 por la compañía de ballet de Irène Tassembédo con la pieza Allah Garibou.



Un bailarín que tuvo como maestro a Balanchine y absorbió gran parte de este estilo neoclásico fue Mikhail Baryshnikov. Tras el nombramiento de Baryshnikov como director artístico del American Ballet Theatre en 1980, trabajó con diversos coreógrafos modernos, sobre todo con Twyla Tharp. Tharp coreografió "Push Comes To Shove" para ABT y Baryshnikov en 1976. En 1986 creó "In The Upper Room" su propia compañía. Ambas piezas fueron consideradas innovadoras para el uso de movimientos modernos y por el uso de zapatos de punta. Ahora los bailarines estaban utilizando la técnica del "ballet contemporáneo".

Tharp también trabajó con la empresa Ballet Joffrey, fundada en 1957 por Robert Joffrey. Ella coreografió Deuce Coupe para esa compañía en 1973. En donde se utilizó música pop y una mezcla de técnicas modernas de ballet. El Ballet Joffrey continuó realizando numerosas obras contemporáneas, las cuales muchas fueron coreografiado por Gerald Arpino.

Hoy en día hay muchas compañías contemporáneas con una técnica más innovadora y con coreógrafos con nuevas rutinas. Estas nuevas compañías incluyen al Ballet de Madrid, "Royal Ballet de Flandes", Alonzo Rey y su compañía, Alonzo King LINES Ballet, Nacho Duato y Compañía Nacional de Danza, William Forsythe , quien ha trabajado extensamente con el Ballet Frankfurt y en la actualidad trabaja en The Forsythe Company, y Jiří Kylián, que actualmente es el director artístico de Nederlands Dans Theatre. Tradicionalmente las compañías "clásicas", como el Ballet de Kirov y el Ballet Ópera de París llevan a cabo con regularidad obras contemporáneas.


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Impartido: Lunes 16 de Octubre

La historia de los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev  (1909-1929)

Cortesía: Azul Ludmila

Sergei Diaghilev es una de las figuras más emblemáticas en la historia del ballet. Nacido en 1872 en la provincia de Novgorod, Rusia, Diaghilev no era bailarín, ni coreógrafo, pero su visión y pasión por las artes lo llevaron a fundar una de las compañías de ballet más influyentes de todos los tiempos: los Ballets Rusos.

Los inicios de Diaghilev en el mundo del arte

Antes de sumergirse en el mundo del ballet, Diaghilev ya estaba inmerso en las artes. Estudió música y derecho en San Petersburgo y pronto se convirtió en un crítico de arte respetado. Su interés inicial estaba en la música y el arte, pero su pasión por la innovación lo llevó a explorar la danza.

La creación de los Ballets Rusos

En 1909, Diaghilev llevó a un grupo de bailarines rusos a París para una temporada de ballet. Esta actuación fue el inicio de lo que se convertiría en los Ballets Rusos. Aunque la compañía nunca actuó en Rusia, llevó la esencia y el espíritu del arte ruso a Europa, causando sensación y dejando una marca indeleble en la historia del ballet.

Una fusión de talentos

Lo que hizo que los Ballets Rusos fueran verdaderamente revolucionarios fue la visión de Diaghilev de fusionar diferentes disciplinas artísticas. No se trataba solo de ballet; era una combinación de música, arte y danza. Diaghilev colaboró con algunos de los artistas más destacados de su tiempo, como el compositor Igor Stravinsky, el bailarín Vaslav Nijinsky y el pintor Pablo Picasso.

Obras que desafiaron las convenciones

Los Ballets Rusos son famosos por sus producciones innovadoras que a menudo desafiaban las convenciones. "La consagración de la primavera", con música de Stravinsky y coreografía de Nijinsky, causó un escándalo en su estreno en 1913 debido a su música atonal y su coreografía primitiva. Sin embargo, con el tiempo, se ha convertido en una de las obras más influyentes del siglo XX.

El legado de Diaghilev y los Ballets Rusos

Aunque Sergei Diaghilev falleció en 1929 y los Ballets Rusos se disolvieron poco después, su legado perdura. La compañía cambió la forma en que el mundo veía el ballet, llevándolo más allá de la simple danza y convirtiéndolo en una forma de arte completa y multidisciplinaria. Las innovaciones introducidas por los Ballets Rusos en términos de música, diseño y coreografía continúan influyendo en las compañías de ballet y en los artistas de todo el mundo.

En resumen, Sergei Diaghilev, a través de su visión y determinación, transformó el mundo del ballet para siempre. Su capacidad para reunir a los mejores talentos y desafiar las normas establecidas dejó una marca en el mundo del arte que aún se siente hoy.

Diferencias entre el ballet ruso de los zares y el ballet ruso del Comunismo



El ballet ruso ha experimentado numerosas transformaciones a lo largo de su historia, y dos de las épocas más contrastantes en su desarrollo son la era de los zares y la era del comunismo. Estas dos épocas reflejan no solo cambios en el ballet, sino también en la política, la sociedad y la cultura rusas. A continuación, se detallan algunas de las diferencias clave entre el ballet ruso de los zares y el ballet ruso del comunismo:

1. Contexto histórico y político:

    •    Ballet de los zares: Durante la era zarista, el ballet ruso floreció bajo el patrocinio de la aristocracia y la corte imperial. Las producciones eran opulentas y reflejaban los gustos y valores de la élite.

    •    Ballet del comunismo: Tras la Revolución Rusa de 1917, el país experimentó cambios drásticos. El ballet, como muchas otras instituciones, fue nacionalizado y utilizado como herramienta de propaganda.

2. Temática y narrativa:

    •    Ballet de los zares: Las historias solían centrarse en temas románticos, mitológicos o folclóricos, con un énfasis en la belleza, la técnica y la espectacularidad.

    •    Ballet del comunismo: Se promovieron ballets con temas proletarios y revolucionarios. Las historias a menudo glorificaban al trabajador, la revolución y los ideales comunistas.

3. Estilo y técnica:

    •    Ballet de los zares: Se enfocaba en la técnica pura, la elegancia y la gracia. Las producciones eran conocidas por su opulencia y detallada escenografía y vestuario.

    •    Ballet del comunismo: Aunque la técnica seguía siendo esencial, se introdujeron elementos más realistas y dramáticos. Se buscaba que el ballet fuera más accesible y relevante para el ciudadano común.

4. Instituciones y compañías:

    •    Ballet de los zares: Las principales compañías, como el Ballet Mariinsky en San Petersburgo, eran patrocinadas por la corte y la aristocracia.

    •    Ballet del comunismo: Las compañías de ballet fueron nacionalizadas. Se establecieron escuelas y compañías en todo el país para promover el arte del ballet y sus ideales.

5. Figuras destacadas:

    •    Ballet de los zares: Marius Petipa, Anna Pavlova y Vaslav Nijinsky son solo algunas de las figuras icónicas de esta época.

    •    Ballet del comunismo: Galina Ulanova y Maya Plisetskaya son ejemplos de bailarinas que brillaron durante la era soviética, adaptándose y destacando en el nuevo contexto político y cultural.

6. Relación con el público:

    •    Ballet de los zares: El ballet era principalmente un entretenimiento para la élite.

    •    Ballet del comunismo: Se buscó hacer del ballet una forma de arte más masiva y accesible, con el objetivo de educar y elevar al pueblo.

En resumen, mientras que el ballet de la era zarista estaba imbuido de romanticismo y servía como reflejo de la opulencia de la aristocracia, el ballet de la era comunista se transformó para reflejar los ideales y aspiraciones del nuevo régimen, sirviendo como una herramienta de propaganda y unificación nacional. Ambas épocas, sin embargo, contribuyeron significativamente al desarrollo y la rica historia del ballet ruso.

Rudolf Nureyev sigue vivo como el único y mas grande bailarin del mundo, Documental su vida y obra. CORTESÍA:  Diva TV Films Reviews Cine Series Eventos

Best of Rudolf Nureyev - The Greatest Male Ballet Dancer -

Cortesía:  Russian Ballet

Rudolf Nureyev es, sin duda, uno de los bailarines más icónicos y talentosos del siglo XX. Su técnica, carisma y pasión por la danza lo convirtieron en una figura legendaria en el mundo del ballet y más allá. Aquí te presento una breve reseña sobre su vida y carrera:

Rudolf Nureyev: El rebelde del ballet

        Orígenes: Nureyev nació el 17 de marzo de 1938 en un tren cerca de Irkutsk, Siberia, mientras sus padres viajaban desde Moscú. Desde joven, mostró un interés innato por la danza.

        Formación: A pesar de comenzar su formación en danza a una edad considerada "tardía" para los estándares del ballet, Nureyev fue admitido en la prestigiosa Escuela de Ballet Vaganova en Leningrado (ahora San Petersburgo) a los 17 años.

        Carrera en la Unión Soviética: Rápidamente se destacó por su técnica y carisma, uniéndose al Ballet Kirov, una de las principales compañías de ballet de la Unión Soviética.

        Defección: Durante una gira del Ballet Kirov en París en 1961, Nureyev tomó la audaz decisión de desertar de la Unión Soviética, buscando libertad artística en Occidente. Esta decisión causó un gran escándalo y lo separó de su país natal durante décadas.

        Carrera internacional: Tras su defección, Nureyev se convirtió en una estrella internacional, actuando con las principales compañías de ballet del mundo, incluido el Royal Ballet en Londres. Su famosa asociación con la bailarina británica Margot Fonteyn es legendaria en el mundo del ballet.

        Contribuciones: Además de ser un bailarín excepcional, Nureyev también fue coreógrafo y director. Dirigió el Ballet de la Ópera de París en la década de 1980, introduciendo reformas y revitalizando su repertorio.

        Legado: Nureyev falleció en 1993, pero su influencia en el ballet persiste. Su pasión, técnica y dedicación al arte de la danza lo convierten en una figura inolvidable.

Lamentablemente, no pude obtener un resumen de un video específico sobre Rudolf Nureyev, pero te recomendaría buscar en plataformas como YouTube para encontrar documentales, entrevistas y actuaciones que destaquen su increíble talento y contribuciones al mundo del ballet.

Personajes, coreógrafos, bailarines, tengo que tener en cuenta cuando me refiero al ballet de finales del S.XIX y primera mitad del S.XX"




Cuando hablamos del ballet de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, estamos considerando una época de gran evolución y cambio en el mundo del ballet. Durante este período, el ballet clásico alcanzó su apogeo y también comenzó a experimentar con nuevas formas y estilos. Aquí te presento una lista de personajes, coreógrafos y bailarines clave de esa época:

Finales del siglo XIX:

        Marius Petipa: Coreógrafo francés que trabajó principalmente en Rusia y es considerado el "padre del ballet clásico". Creó obras maestras como "El lago de los cisnes", "La bella durmiente" y "El cascanueces".

        Lev Ivanov: Co-coreógrafo con Petipa en "El lago de los cisnes" y creador del famoso segundo acto, "El reino de las nieves", en "El cascanueces".

        Enrico Cecchetti: Maestro de ballet y bailarín italiano que tuvo una gran influencia en la técnica del ballet clásico.

        Anna Pavlova: Una de las bailarinas más famosas de su tiempo, conocida por su interpretación de "La muerte del cisne".

        Tamara Karsavina: Otra bailarina destacada de la era imperial rusa.

     


Primera mitad del siglo XX:

        Sergei Diaghilev: Fundador de los Ballets Rusos, una compañía que revolucionó el ballet y promovió colaboraciones entre artistas de diferentes disciplinas.

        Vaslav Nijinsky: Uno de los bailarines más destacados de su tiempo y también coreógrafo para los Ballets Rusos. Creó obras vanguardistas como "La siesta del fauno" y "La consagración de la primavera".

        George Balanchine: Bailarín y coreógrafo que fundó el New York City Ballet. Introdujo un nuevo estilo de ballet neoclásico.

        Leonide Massine: Bailarín y coreógrafo que trabajó con los Ballets Rusos y creó ballets sinfónicos, fusionando música y danza de formas innovadoras.

        Bronislava Nijinska: Hermana de Nijinsky y una coreógrafa innovadora en su propio derecho.

        Agrippina Vaganova: Desarrolló el método Vaganova de enseñanza del ballet, que aún se utiliza en muchas escuelas de todo el mundo.

Estos son solo algunos de los muchos artistas influyentes de esa época. Cada uno de ellos, a su manera, contribuyó a moldear y definir el ballet tal como lo conocemos hoy.

Agrippina Vaganova (1879-1951)

11 marzo, 2007. Cortesía: Danzaballet.com


‍ Agrippina Vaganova creo el método de enseñanza de ballet que lleva su nombre siguiendo la técnica rusa.


Fue bailarina del Ballet Imperial hasta 1916 y después fue profesora durante 30 años. En su método se da mucha importancia a la fuerza de la parte baja de la espalda y a la expresividad de los brazos, así como todo el trabajo enfocado para hacer el pas de deux. Murió en 1951, pero su método sigue siendo muy utilizado, desde luego en Rusia y en muchos sitios de Europa y Norte América.

Agrippina Yakovlevna Vaganova (6 de julio de 1879 – 5 de noviembre de 1951) fue una profesora de ballet rusa que desarrolló el método Vaganova, técnica derivada de los métodos de enseñanza de la antigua Escuela de Ballet Imperial (actual Academia Vaganova de Ballet) bajo el Maître de Ballet Marius Petipa desde mediado a finales del siglo XIX, aunque principalmente los años 1880 y 1890. Su Fundamentos de la Danza Clásica (1934) sigue siendo un libro de texto común para la instrucción de las técnicas del ballet.

Toda la vida de Vaganova estuvo relacionada con el Ballet Imperial (más tarde Ballet Kirov) del Teatro Mariinski en San Petersburgo. Fue aceptada en 1888 en la Escuela de Ballet Imperial, la gran institución de danza clásica fundada por Ana de Rusia y financiada por los zares. Se graduó de la Classe de Perfection de la anterior Prima Ballerina Eugeniia Sokolova (también fue entrenada por Ekaterina Vazem, Enrico Cecchetti, Christian Johansson y Pavel Gerdt). El ballet no le resultó fácil a Vaganova en sus primeros años como estudiante, pero lentamente y gracias a los esfuerzos y fuerza de voluntad logró unirse al ilustre Ballet Imperial tras su graduación.

Aunque no logró la categoría de Prima Ballerina hasta un año antes de su retiro, llegó a ser conocida entre los aficionados al ballet de San Petersburgo como la «reina de las variaciones» por su virtuosismo y nivel técnico. Curiosamente, el antiguo Maître Petipa se preocupó muy poco por Vaganova como bailarina: todas las menciones a sus actuaciones en sus diarios suelen ir acompañadas de comentarios tales como «horrible» o «espantoso».

En 1917 se retiró del escenario y empezó a enseñar en el khortekhnikum, como se conocía entonces a la Escuela de Ballet Imperial. Aunque había tenido una carrera respetable como bailarina, sería gracias a su maestría en la enseñanza de danza clásica como se ganaría un destacado lugar en la historia del ballet. Su propio esfuerzo inicial para desentrañar la técnica del ballet le había enseñado mucho y los estudiantes a los que entrenaría llegarían a ser leyendas de la danza. Tras la revolución de 1917 el futuro del ballet en Rusia parecía sombrío, pero Vaganova «luchó con uñas y dientes» (como ella decía) por la supervivencia del arte que amaba y la conservación del legado de Marius Petipa. En 1934 fue nombrada directora del khortekhnikum, la escuela que actualmente lleva su nombre: la Academia Vaganova de Ballet.

Entre los pupilos de Vaganova estuvieron las famosas bailarinas soviéticas Natalia Dudinskaya, Marina Semenova, Galina Ulanova, Olga Lepeshinskaya y Maya Plisetskaya. Sus enseñanzas buscaron combinar el estilo elegante y refinado del Ballet Imperial que Vaganova había aprendido de Enrico Cecchetti con la más vigorosa danza desarrollada en la Unión Soviética. En 1933 puso en escena y coregrafió la celebrada versión de El lago de los cisnes con Ulanova como Odette-Odile.

Otros famosos graduados de la academia de Vaganova fueron Rudolf Nureyev, Irina Kolpakova, Mikhail Baryshnikov, Natalia Makarova, Yuri Soloviev, Altynai Asylmuratova, Diana Vishneva y Svetlana Zakharova.

La técnica rusa se desarrolla fundamentalmente a finales del siglo XIX y primera mitad del XX. Tiene un trabajo muy expresivo de la parte superior del cuerpo con menor atención a la precisión de la parte baja del cuerpo. Las piruetas en dehors se toman desde la segunda posición para los hombres, en oposición a otros estilos, que lo hacen desde la cuarta posición. El método ruso en relación a otros es más extremo, con arabesques más altos y líneas del cuerpo más largas. El prototipo de la técnica rusa está en el Gran Teatro Bolshoi, fundado en 1776.

Escuela Vaganova

Una de las más prestigiosas instituciones del mundo de la enseñanza de la danza clásica académica. Fue fundada hace 268 años en San Petersburgo (Rusia) por la emperatriz Anna y dirigida por el maestro Jean Baptiste Landé. Otros maestros de la esciela fueron Franz Hilferding y Giovanni Canzanni.

En primer maestro ruso de la academia fue Ivan Valverg, pero destacarin los maestros franceses como Charles Louis Didelot, Jules Perrot y Arthur Saint Leon. En 1847 llega a la escuela el también francés Marius Petipá, que fue de gran influencia para la evolución de la escuela al crear más de 46 ballets originales, muchos de los cuáles permanecen en la actualidad en el repertorio de la compañía. Los maestros y bailarines italianos fueron también muy importantes, destacan los nombres de Enrico Cechetti, Carlota Brianza y Pierina Legnani.

Pero, sin duda alguna, una figura fundamental fue Agripinna Vaganova, gran pedagoga rusa cuyo nombre adoptó la escuela en su honor. Se graduó en la escuela en 1897 y comenzó a enseñar en 1921. Creó un método de enseñanza que es utilizado en la actualidad en numerosas escuelas. Alumnos suyos fueron Ulanova, Dudinskaya, Sergeyev o Kolpakova. La escuela se encuentra situada en la calle Rossi, más conocida como la calle del teatro, y cuenta en la actualidad con más de 300 estudiantes. Más de 4000 niños se presentan cada año a las pruebas y tan sólo 60 de ellos son aceptados. De estos sesenta, unos 25 finalizarán sus estudios.

Las pruebas son muy exigentes, se realizan en junio y los candidatos tienen entre 9 y 10 años. Las pruebas se dividen en tres bloques:

‍    •    Aptitudes físicas (proporciones, salto, en dehors…)

‍    •    Examen médico: la salud tanto física como psíquica es fundamental para un buen bailarín.

‍    •    Musicalidad, ritmo, coordinación y talento artístico.

Después de pasar estas pruebas se comienzan los 8 años de estudio, en los que se les dá una enseñada integrada. El curriculum se completa con asignaturas como francés, piano, historia de la danza, danzas de carácter, danzas históricas, pas de deux o mimo. El elenco de profesores está formado por 75 maestros de danza, 30 de piano, 40 de educación general y 40 pianistas. Al finalizar los ocho años de estudio los alumnos realizan un examen de graduación en el escenario del Mariinsky. 

Agrippina Vaganova (1879-1951)

El Método Cecchetti en la danza clásica. Una de las técnicas más utilizadas de formación en el ballet clásico académico.

9 abril, 2020. Cortesía Danzaballet.com


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Es una de las técnicas más utilizadas de formación en el ballet clásico. Se caracteriza por ser un programa estricto, con rutinas de ejercicio previstas para cada día de la semana. Para algunos, pretende convertir a la enseñanza del bailarín en una ciencia exacta. El programa asegura que cada parte del cuerpo sea trabajada uniformemente, combinando diferentes tipos de pasos en rutinas planificadas. Cada ejercicio se realiza a la derecha, así como a la izquierda, comenzando a un lado una semana, seguido por el otro lado la siguiente semana.

Como en todos los métodos empleados en el ballet clásico, el de Cecchetti enseña a pensar en el movimiento a partir de la correcta posición corporal y no de manera independiente. Para el maestro era más importante ejecutar un movimiento de forma correcta una vez, que marcarlo muchas veces. Anteponía la calidad a la cantidad, la rigurosidad del movimiento, sin exageración ni manías. La técnica de Cecchetti se centra en la rapidez de los pies, líneas limpias y transiciones suaves entre posiciones. Insistía en la práctica diaria de su programa de enseñanza, seguida por el estudio de nuevos pasos, para desarrollar en los alumnos el aprendizaje rápido y la adquisición de nuevo vocabulario y de nuevas combinaciones.

El método utiliza más de cuarenta adagios y ocho port de bras diferentes.

En 1918 Cecchetti abrió en Londres una escuela de danza, basada en su método de enseñanza. Este método tuvo una influencia decisiva en el ballet de Inglaterra.

Tras su muerte, el escritor e historiador de la danza Ciril. W. Beaumont, colaboró con Stanislas Idzikowsky en la codificación de ese método, en un tratado aparecido en 1922 bajo el título de Manual of Theory and Practice of Classical Theatrical Dancing, dirigido a los profesores de ballet, texto que ha sido referencia importante para muchas compañías de ballet en el mundo. Cecchetti otorgó también a Beaumont la autorización para fundar la Asociación Cecchetti, dirigida a promover y mantener el método intacto ante los futuros profesores.

En la actualidad existen sucursales de esa Asociación en distintos lugares del mundo y, especialmente, en Australia, África del Sur, Canadá y Estados Unidos. En Inglaterra la Asociación se fusionó con la Sociedad Imperial de Profesores de Danza, desde donde continúa su difusión del método de Cecchetti. Por Vladimir Guelbert.


Enrico Cecchetti
Enrico Cecchetti (Roma, Italia, 21 de junio de 1850 – Milán, Italia, 13 de noviembre de 1928) fue un maestro de ballet, bailarín y coreógrafo italiano, creador del método que lleva su nombre «Método Cecchetti» y uno de los coreógrafos de la obra La Cenicienta. Era hijo de dos bailarines (Cesare Cecchetti y Serafina Casagli) y nació en la sala de vestuario del Teatro Tordinona en Roma. Después de una ilustre carrera como bailarín en Europa, comenzó a bailar para el Ballet Imperial de San Petersburgo, Rusia, donde perfeccionó aún más sus habilidades.

Cecchetti fue elogiado por su agilidad y fuerza en sus actuaciones, así como sus habilidades técnicas en la danza. En 1888, fue ampliamente reconocido como el bailarín más virtuoso del mundo. Después de una muy reconocida carrera en Rusia, con papeles como el Bluebird y Carabosse en “La Bella Durmiente” (obra maestra de Petipa), se pasó a la enseñanza. Algunos de sus estudiantes se convirtieron en bailarines notables del Ballet Imperial, tales como: Anna Pavlova, Léonide Massine, y Vaslav Nijinsky.

Maestro de ballet en el Gran Teatro Imperial de San Petersburgo en Rusia, preservó la tradición del ballet clásico en la que introdujo elementos acrobáticos. Entre sus discípulos estuvieron Serguéi Diáguilev, Serge Lifar, Alicia Markova, Léonide Massine, Vátslav Nizhinski y Lyubov Yegórova.






Madeline Squire dances Foutte Sauté a Quatre Temps. 

A Cecchetti Saturday enchainement.

2013 Richard Glasstone masterclass at Highgate Ballet School, London. 





DOCUMENTAL: Los principios físicos del ballet clásico detrás de los días de la semana de Cecchetti. Cortesia Cecchetti'sCat